Pedalear, hace bien.



Hoy es el Día Internacional de la Bicicleta y nos detenemos un momento para valorizar esta actividad que hace tanto bien al cuerpo y al alma.

El editor y periodista argentino Juan Carlos Kreimer estudió los estados físicos y mentales que produce el ciclismo en el cerebro humano. Tras tres décadas de reflexión y experimentación, Kreimer ha llegado a sorprendentes conclusiones sobre lo que el llama “el arte de bicicletear” y escribió el libro Bici Zen. Ciclismo urbano como meditación (Kairós)

¿Sabías que cuando andamos en bici nos volvemos menos violentos, más participativos y hasta solidarios?

¿Qué tienen en común la bici y el zen?

“Cuando empezás a pedalear”, comenta Kreimer, “ocurren en tu mente fenómenos muy parecidos a los de la meditación que te llevan al zen”.

Él dice que andar en Bici puede proporcionarnos una sensación de libertad y vitalidad cuando "nos unimos a ella" y sentimos que por momentos la bici forma parte de nuestro cuerpo.

Ya sea una necesidad o una elección, la bici es para muchos  el medio de transporte predilecto para ir de un lado a otro al ritmo del pedaleo.

“El ciclismo urbano ha pasado de ser una moda a una cultura”, afirma Kreimer.

Por  motivos ecológicos -como el de reducir la polución provocada por el humo de los automóviles- cada vez más ciudades adaptan su trazado urbano a los ciclistas a través de la delimitación de bicisendas y normativas específicas para todos: los ciclistas debemos respetar en todo momento las normas de tráfico, al igual que los demás vehículos de la ciudad.

Sin embargo, las reglas del tránsito y el respeto por la ley, no impide, según Kreimer , que el ciclista llegue a un estado de vacuidad mental cercano al de la meditación, y advierte (ATENCIÓN):

“No se trata de cruzar las piernas encima del cambio y cerrar los ojos, se trata de estar presente en cada momento, y conectar con una dimensión mayor en la que no pensamos en el futuro ni en el pasado”. Una fase mental compatible con lo que él llama “el estado de alerta”, una tensión flotante que provoca que el ser humano desarrolle una “visión periférica” que le permite detectar cualquier cambio a su alrededor, es decir que estamos al mismo tiempo relajados y atentos.

La Bici, puede ser una actividad que nos ayude a aliviar el estrés? Sí.

“La sensibilidad que se despierta en la meditación también se aviva yendo en bici, incluso, a veces es mayor porque la acción es dinámica: el hecho de pedalear, de atravesar el paisaje, desplazarse, llegás a un lugar y te das cuenta que te sentís diferente, con otra energía”, describe Kreimer. “A veces creo que empezamos a tomar conciencia de la parte del hemisferio derecho que no domina el cerebro”, añade.

La técnica de Kreimer para meditar ‘bicicleteando’ consiste en combinar el pedaleo con respiraciones largas y conscientes

El deseo de vivir con menos estrés, hace que el zen esté volviendo a ser parte estructural de la mente de las personas.

“Hay más conciencia de la importancia de ser feliz, que la felicidad no es algo que llegará, como la jubilación, sino que uno tiene que descubrirla en cada cosa” -dice Kreimer.

Kreimer descubrió el sentido de meditar cuando cayó en sus manos el libro Zen en el arte del tiro al arco, de Eugen Herrigel, que viajó a Japón para aprender las enseñanzas de esta escuela budista. Advertido por su maestro, el filósofo alemán aprendió que el zen no se estudia, sino que se practica: “El zen es cada cosa en cada momento”, concluye Kreimer.

Pero, ¿cómo llegar a ese estado de vacío mental cuando se viaja sobre una bicicleta?

“No buscándolo deliberadamente, dejar que aparezca y aprender a reconocerlo, como ocurre con la felicidad”, responde el autor de Bici Zen.

“Cuando la respiración se encuentra con la energía corporal que sube del movimiento de las piernas se produce en toda la parte central una sensación de bienestar, que es uno de los mayores placeres de la bicicleta”, explica este experto en el arte de ‘bicicletear’.

Además de respirar profundamente, el autor recomienda mantener un pedaleo cadencioso, relajar al máximo los músculos faciales, el cuello y los hombros.

También propone el siguiente ejercicio: “Entrar en un parque y primero intentar ver todos los colores de verde posibles, luego escuchar todos los sonidos que se superponen, luego oler y finalmente entregarse a andar desde ese espacio de plenitud que se ha abierto dentro de tu cuerpo y de tu mente”.

Conductas ‘ANTI-ZEN’ a evitar:
  • Querer ir a la velocidad de los autos
  • Olvidarnos de que los peatones están más indefensos que los que vamos en bici
  • Pensar que somos los únicos que transitamos por la calle
  • Considerar menores algunas infracciones que podemos llegar a cometer (como saltar los semáforos en rojo, ir en dirección contraria o utilizar auriculares para escuchar música)
  • Pensar que ir en bicicleta es algo “exclusivamente físico”.
En Buenos Aires, en los últimos años “ha habido una hermosa revolución” en torno al fenómeno del ciclismo urbano gracias a las campañas de concientización que han conseguido que los conductores de taxi, automóvil y colectivos sean más respetuosos con los ciclistas que antes.

 “La acción correcta genera acción correcta” -dice Kreimer.




Sobre Juan Carlos Kreimer: https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-3187-2006-08-20.html

Fuente del artículo original: http://www.lavanguardia.com/vida/20160310/40340101930/juan-carlos-kreimer-ciclismo-urbano-bici-zen.html