La
comunicación es una dimensión central e ineludible de la vida amorosa.
La
buena comunicación es tan necesaria para la salud, como la respiración
es necesaria para la vida.
La
forma en que nos comunicamos NO es innata.
La
comunicación funcional puede enseñarse y aprenderse.
Llamamos
comunicación FUNCIONAL a la comunicación que es herramienta de salud: la que
retroalimenta positivamente una relación y acompaña cualquier tipo de proceso
de manera ADAPTATIVA, es decir de una manera ECOLOGICA en un momento dado,
para los integrantes de un sistema.
Retroalimentar
positivamente, no significa decir cosas bonitas, expresar sentimientos
agradables o pensamientos políticamente correctos.
Cuando
digo Ecológica aludo a la posibilidad de registrar la diferencia entre lo tóxico y lo
nutritivo, y a saber eliminar lo tóxico causando el menor daño posible,
y favorecer una actitud constructiva en detrimento
de una destructiva.
Una
importante cualidad de la comunicación
FUNCIONAL es ser CONGRUENTE; es decir, coherente con lo que pienso, digo
y hago.
La
comunicación incongruente es tóxica.
Cuando
me comunico de manera CONGRUENTE, tengo más chances de recibir
RESPUESTAS CONGRUENTES.
Esto
no significa, que voy a conseguir que el otro haga lo que yo quiero, ni que me
responda lo que yo quiero, significa que así es más fácil crear un contexto en
el que la comunicación sea una herramienta para un ENCUENTRO.
La
comunicación funcional, es un soporte para lograr diferenciarme del otro.
La
comunicación funcional ofrece más chances para que un contexto cambie de manera
ecológica.
Porque los contextos también cambian.
Ya
sea para permanecer juntos de manera saludable, o para separarse de manera ecológica hace falta poder llegar a
ENCONTRARSE. Lo cual no significa andar juntos por la vida o vivir bajo un
mismo techo, o sentados en el mismo sillón o a la misma mesa.
La
buena comunicación favorece el encuentro
porque favorece la SINTONIA RECIPROCA (receptividad continente),
que es lograr ponerse en el punto de vista del otro y entender sus funcionamientos
y conductas
–aun sus silencios-.
Permite a cada uno “entender qué sucede”,
permite que “se
entiendan” aunque no implica que los miembros se pongan de acuerdo.
La sintonía recíproca hace que los miembros de
la pareja no reboten en el encuentro,
La
comunicación funcional que tiene sentido y es congruente
trae
como consecuencia que las relaciones puedan ser más positivas y más
sustentadoras,
y esto es un objetivo deseable tanto en procesos de separación,
como de reconciliación.
Los
procesos de separación son más dolorosos y más destructivos cuando la
comunicación es disfuncional. Y las reconciliaciones potenciales pueden
volverse imposibles.
Desde mi punto de vista, puede decirse que nunca es tarde para revisar la
disfuncionalidad comunicacional en un sistema, dado que es un factor importantísimo
de las dificultades en una relación,
en cualquier momento evolutivo de una
pareja, familia o grupo.
Las
personas tenemos recursos internos para que nuestra comunicación se vuelva más
coherente.
Y
si no los tenemos, podemos desarrollarlos.
Es
posible aprender NUEVOS PATRONES DE COMUNICACIÓN.
Comparto algunas reglas básicas para ordenar la comunicación
entre personas
y volverla más funcional.
Son sencillas, aunque cambiar un hábito siempre requiere cierto grado de compromiso y dedicación.
Para cumplirlas, hay que prestar atención en DISCRIMINAR ESPACIOS (YO SOY YO, Y HABLO DE MI – VOS SOS VOS Y
HABLAS DE VOS), y NO METERME EN EL ESPACIO DEL OTRO:
-
El
que comunica debe hablar de si mismo y no del otro.
Hablar de lo que le
pasa, lo que siente, lo que piensa.
Hablar de sí mismo al otro. (NO hablar del otro).
-
Si
quiero saber algo de mi interlocutor se lo tengo que preguntar,
escuchar la respuesta y ver lo
que me pasa con lo que me dice.
-
Si
quiero decirle lo que me pasa cuando escucho lo que me dice, puedo hacerlo.
-
En
esta etapa de entrenamiento básico es importante que los interlocutores no
hagan JUICIOS acerca de lo que el OTRO HA DICHO. EN ESTA ETAPA ESTA EXPRESAMENTE PROHIBIDO OPINAR.
La propuesta es ponerse de acuerdo acerca de estas reglas y dejar fluir la comunicación por un tiempo tratando de respetar este “encuadre”. El objetivo es facilitar que cada uno amplíe la propia conciencia sobre lo que le pasa, sobre el efecto de intercambiar información con el otro acerca de si mismo de esta manera;
La propuesta es ponerse de acuerdo acerca de estas reglas y dejar fluir la comunicación por un tiempo tratando de respetar este “encuadre”. El objetivo es facilitar que cada uno amplíe la propia conciencia sobre lo que le pasa, sobre el efecto de intercambiar información con el otro acerca de si mismo de esta manera;
y observar la cualidad de la retroalimentación
que se produce.
Llegar
a un clima de encuentro nos exige bajar un poco las defensas.
Hablar de
nosotros mismos requiere valentía, es cierto, porque es muchísimo más fácil hablar de
los otros.
Evidentemente,
para poder decir lo que se piensa y se siente, hay que saberlo.
Y justamente,
muchas veces nos metemos en el campo del otro a hablar del otro señalandolo con el dedo (“Porque vos…”)
para no tomar contacto con lo que nosotros sentimos o pensamos.
Cuando
uno no sabe lo que siente o piensa, es mejor admitirlo.
“Estoy
confundid@, no sé lo que siento”.
Admitir la confusión es el primer paso imprescindible para que la
confusión se vaya aclarando.
Es así.
Ejemplo:
Una
cosa es decir: ME CUESTA CREERTE (la persona
habla de sí = comunicación funcional),
que decir:
SOS MENTIROS@ = (la
persona hace un juicio crítico sobre el otro = comunicación disfuncional).
Si yo no le creo a otro, qué dice eso
DE MI?: tal vez que soy muy perceptiv@,
o muy desconfiada@, u
otra cosa?
Otros consejitos:
Evitaren las conversaciones la utilización de GENERALIZACIONES: Siempre, nunca. Todo,
nada. Utilizar en cambio: a veces, a menudo, el año pasado, aquella
vez… Seamos específicos evitando
generalizar.
Evitar
expresarse con la modalidad de EXIGENCIA: Tengo que,
tendría que… y reemplazarlo por QUIERO, PUEDO, ELIJO, NECESITO.
Cuando
le digo a otro lo que necesito, estoy hablando de mí, esa información me pone
en contacto conmigo y me da más chances de movilizar mis recursos para obtener
eso que necesito. Tal vez el otro, si puede, también me lo dé. Recordemos que
decir NECESITO, no implica una exigencia de satisfacción por parte de quien me
escucha.
Evitar
el modo IMPERSONAL: “Hay que…”
Focalicemonos
en utilizar el
sujeto YO que nos implica en lo que estamos diciendo.
Es
responsabiliad de cada uno, señalar cuidadosamente cuando el otro se mete en nuestro
propio campo. Esto se puede señalar simplemente, diciéndole al otro: “Me estas
hablando de mí, que te pasa a VOS?”
Mejorar
la comunicación y la capacidad de sintonía recíproca en una pareja es el mejor
aporte de un tratamiento en la elaboración de conflictos.
El
concepto de sintonía recíproca no debe llevar a idealizaciones sobre la
comunicación posible en una pareja.
La
comunicación funcional es la que minimiza los malentendidos y cortocircuitos,
sin embargo en toda comunicación humana funciona una dimensión inevitable de
malentendido
y desacuerdo con la que necesitamos aprender a convivir.
Bibliografía Consultada:
Ejercicios para la Comunicación
Humana (Virginia Satir),
Clínica Psicoanalítica con Parejas – Entre la teoría y
la intervención (Miguel Spivacow)