La memoria humana es una experiencia sensorial.












Hoy sabemos que además de hablar de lo traumático que nos ha pasado, sanar traumas es sanar  los recuerdos que han quedado alojados en el cuerpo. Los Terapeutas EMDR llamamos a eso "desensibilizar y reprocesar la información multidimensional del trauma".

El psiquiatra holandés Bessel Van der Kolk es un innovador en la investigación y tratamiento de los efectos que las experiencias abrumadoras causan en la gente y la sociedad. Eso que llamamos “trauma” y que encontramos en la vida, en las noticias periodísticas, y que tratamos de abordar, manejar  y resolver mayormente HABLANDO de lo que pasó.

Sin embargo, Van der Kolk sabe cómo algunas experiencias dejan su impronta en nosotros más allá de lo que el lenguaje puede expresar. Ha explorado e investigado el efecto de tratamientos terapeúticos, que incluyen el trabajo corporal (como por ejemplo el yoga)  y en especial la terapia EMDR.

Este psiquiatra holandés que vive en los Estados Unidos, ha liderado investigaciones sobre estrés post traumático (TEPT) desde el nacimiento de esta categoría diagnóstica.

El TEPT fue diagnosticado por primera vez ante las secuelas de la guerra de Vietnam. Desde entonces se aplica a muchas poblaciones facilitando tratamientos que alivian y curan.

En una charla radial, Bessel Van del Kolk conversó sobre lo que está aprendiendo junto a otros investigadores acerca de la complejidad de la memoria, la necesidad que tenemos de otras personas y cómo nuestros cerebros cuidan nuestro cuerpo.

Él piensa que el trauma realmente nos confronta con "lo mejor y lo peor": vemos cosas horrendas que la gente se hace entre sí, pero también nos lleva a experimentar la resiliencia, el poder del amor, el poder del cuidado, el poder del compromiso con uno mismo, saber que podemos sobrevivir y también que hay cosas más allás de nuestra supervivencia individual. Las experiencias demasiado adversas y traumáticas son desafortunadas y también es cierto que conocer el lado oscuro de la vida, puede conducirnos -si nos recuperamos- a apreciar más la gloria de la vida.

Bessel van der Kolk trabaja con gente afectada por traumas y eventos adversos. El objetivo del tratamiento es restablecer su sentido de seguridad y predictibilidad en el mundo y recuperar sus vidas.

Nació en Holanda. Su padre pasó tiempo como prisionero religioso en un campo de concentración Alemán durante la Segunda Guerra Mundial.

En su juventud, volvió a estar nuevamente expuesto a relatos de sobrevivientes de una guerra. En los 70, Van der Kolk trabajó junto a otros colegas en un servicio que atendía a ex-combatientes de Vietnam que sufren terribles pesadillas: "Yo había estudiado bastante sobre pesadillas y estudios del sueño, entonces sabía un poco como para ayudar a ese paciente y le dí algunas medicinas para que las pesadillas se fueran. Dos semanas más tarde, volvió y le dije: ¿Qué tal anduvo la medicación? y el me dijo No tomé la medicación porque me dí cuenta que necesito tener las pesadillas para poder ser un monumento recordatorio viviente del recuerdo de mis amigos que murieron en Vietnam.  Esa declaración inauguró mi fascinación ante este descubrimiento. La gente se vuelve monumentos recordatorios vivientes de cosas que ya no existen pero que necesitan retener en sus corazones, en sus mentes, cuerpos y cerebros. La lealtad al muerto, la lealtad a lo que me destrozó en pedazos..."

Los veteranos lo afectaron muy profundamente. Los escuchaba avergonzado por las cosas que habían hecho, arrasado por el impacto que  les producía haber ido a la guerra llenos de ideales y haber vuelto destrozados, experimentar cuánto dependían de sus camaradas. "Ellos me recordaban a mis tíos y a mi padre, con los que me crié en Holanda luego de la 2da Guerra Mundial.  Sus relatos resonaban en mí".

Aquel veterano de Vietnam que sufría pesadillas se había convertido a sí mismo en un testimonio vivo de sus recuerdos, de algo que había pasado, que ya no estaba pasando pero que en última instancia lo definía. ¿Qué es un trauma? ¿Cómo es el modo en que a estos estudios se encara su tratamiento?

Las personas que hemos tenido experiencias terribles -todos las hemos tenido de una manera u otra hasta cierto punto alguna vez- la mayoría de nosotros nos las arreglamos bastante bien aunque hayamos vivido eventos horrendos. Porque los humanos somos una especie muy resiliente. El medio que nos rodea es muy importante como protección frente a lo traumático. Si estamos rodeados de gente que nos ama, que confía en nosotros, que nos cuida, que nos nutre cuando estamos desvalidos o nos sentimos vulnerables, podemos salir adelante y superarlo.

¿Qué situaciones tienen potencialidad traumática?  Veamos algunos ejemplos:

Traumatizante es no tener un entorno que me proteja.

Traumatizante es que la persona que debería cuidarme, me dañe.

Traumatizante es estar en una situación en la que no se me permite sentir lo que debería sentir.

Traumatizante es no poder saber lo que se sabe.

En casos como estos, la mente no puede integrar lo que está pasando, y uno puede quedar fijado, pegado a la situación.

Es decir,  el contexto en el cuál ocurre algo es -para bien o para mal- enormemente  importante.

Algo que resulta muy interesante de este enfoque cuando hablamos de la experiencia del trauma y lo que es el trauma, es constatar cómo la naturaleza del recuerdo se distorsiona. Los recuerdos nunca son recapitulaciones precisas. En condiciones funcionales adaptativas (lo contrario de lo que llamamos traumático) los recuerdos se integran ha medida que nos movemos en el mundo  y se van transformando en historias que nos ayudan a darles sentido. Sin embargo, en el caso de las vivencias traumáticas, debido a la intensidad emocional de lo vivido los recuerdos no ha podido producir esa integración. En esos casos los recuerdos en lugar de ser recordados, son más bien revividos.

Se trata de una observación que no es nueva, sino una observación muy antigua que fue hecha por mucha gente alrededor de 1890 incluído Freud.

En nuestros días, el concepto del trauma ya es un tema popular. la gente te dice "contame tus traumas". Pero la naturaleza del trauma, lo propio del trauma es que en no está hecha su historización, que no hemos podido transformar esa vivencia en una historia.

Muchas víctimas , con el tiempo llegan a armar y contar una historia para explicar por qué están tan complicados por lo que les ha pasado. pero la naturaleza de una experiencia traumática es que el cerebro (impactado por lo ocurrido) no permite, no puede producir esa historia.

Al margen de esto, se da una interesante paradoja: distorsionar los recuerdos es algo normal, dice Van der Kolk: "Por ejemplo en mi caso, somos cinco hermanos, cuando tenemos una reunión familiar, todos contamos nuestras historias infantiles y los que escuchan responden: Pero... ¿tú creciste en la misma familia que yo?  Hay cinco versiones de cada historia..."

Tenemos una gran variedad de muy diferentes versiones que difícilmente logran coincidir. Las personas creamos nuestras propias realidades de este modo mediante la información de experiencias que guardamos en nuestra memoria y que constituyen nuestra idea del mundo y de quiénes somos.

Lo que es extraordinario es que las imágenes, sonidos y sensaciones físicas ligados a experiencias traumáticas permanecen invariables a lo largo del tiempo. Por ejemplo, las personas que han vivido hechos disruptivos, siguen viendo en sus mentes el empapelado de la pared del lugar donde el hecho ocurrió, y otras imágenes que han quedado fijadas en la mente junto con sensaciones corporales, sonidos, emociones lo que no ha cambiado desde que se sufrió el evento negativo.  Como eso no cambia, porque la información ha quedado como congelada en esa escena, es comprensible que la persona traumatizada experimente un cambio negativo desde que vivió esos eventos, un cambio negativo que permanece. Es como si la persona siguiera en aquella situación.

Entre 1939 y 1942 el estudio Grant, siguió las clases en Harvard cada 5 años, un proyecto de investigación respecto a ex-combatientes, que continúa hasta hoy. La mayoría de los que se alistaron en la guerra en 1942 y que volvieron en 1945, fueron entrevistados en 1989, 1990, 1991. El estudio concluye que la gente que NO desarrolló TEPT que fue la vasta mayoría, cuenta muy diferentes historias, no cuentan lo mismo en 1945 que en 1990. Cuentan lo vivido como una experiencia gloriosa, una experiencia de crecimiento, y qué bueno fue, cuan cerca se sentían de la gente, y cuan patrióticos se sentían. Todo lo malo se ha "limpiado" y ha quedado solo lo que le permite a la persona sobrevivir a la experiencia. Sus narraciones se han vuelto historias coherentes, y lindas de escuchar.
Todos nosotros si no estamos traumatizados tenemos la capacidad de producir historias felices
en nuestra mente que dan cuenta de nuestros aprendizajes y experiencias que dan sentido a nuestra vida.

Sin embargo la gente traumatizada, cuenta la misma historia en 1990 que cuando regresó de la guerra en el 45, no la pueden transformar. Cuando los tratamos, la narrativa cambia, la gente puede incluir en la historia nuevos elementos.

Es parecido a lo que ocurre cuando la gente sueña.  El sueño es el modo que la naturaleza nos provee para lidiar con material problemático, nos vamos a dormir y soñamos y al día siguiente nos sentimos mejor. El sueño es un modo muy importante que tenemos de restaurarnos. Ese proceso de restauración ocurrre durante el sueño REM, y en los casos de trauma, ese mecanismo está alterado.

Producir estas historias sobre lo que sea que se ha vivido no es solo un proceso cognitivo, no se trata solo de una historia que uno podría contar, sino que se trata de un recuerdo corporal (encarnado en el cuerpo, que se siente en el cuerpo). No se trata solo de pronunciar palabras de una historia, se trata de sentir esa historia elborativa y reparadora que estoy contándome.

Cuando hemos experimentado un trama NO se trata de algo que pensamos o que imaginamos sobre lo traumático, es algo que sentimos con todo el cuerpo, algo ha quedado reseteado en el cuerpo luego de la experiencia traumática que me hace interpretar el mundo como un lugar terrorífico, y a uno mismo como una persona vulnerable en una situación insegura.  No tiene nada que ver con la cognición, no hay nada que yo pueda decir a esa gente para calmarlos: “No deberías sentirte así" o “No sos una mala persona” o “No fue tu culpa”. Porque la gente te dice: “Ya lo sé, pero yo siento que sí".

La práctica del yoga con gente aquejada de traumas le enseñó a Bessel Van der Kolk dos cosas:

- El yoga  les hace bien porque los ayuda a "volver" a su cuerpo.
- A las personas traumatizadas les cuesta enormemente sentirse relajados y seguros y totalmente envueltos en una sensación de bienestar. porque es como si el trauma hiciera desaparecer el sentido de bienestar y seguridad de nuestro cuerpo. La experiencia disruptiva hace que perdamos acceso a esa experiencia de seguridad sentida en el cuerpo.

Van der Kolk sabe que ya se hablaba de todo esto a fines del siglo 19. Freud estudio los casos de histeria. En esa época se trataba de reducir las experiencias sensoriales del trauma a través de la cura por la palabra, lo cual estaba bien intencionado pero el problema era que esa propuesta no encajaba con la experiencia. Hubo unos pocos por aquí y por allí que en los últimos 150 años se ocuparon de lo sensorial. El gran francés Pierre Janet, Wilhelm Reich... Hubo gente que notó  la importancia de la dimensión somática, en la elaboración del trauma; y opina que los psiquiatras deberían aprender a prestar más atención a la experiencia sentida por el paciente.

Antonio Damasio, en su libro, "El sentimiento de lo que pasa" dice que la experiencia central de nosotros mismos es una experiencia somática. Y que la función del cerebro, es cuidar el cuerpo. Pero voces como la de Damasio son voces minoritarias en el campo científico, una pequeña voz,- opina Van der Kolk.

El diagnóstico por imágenes del cerebro está comprobando esta clase de observaciones. Vemos que las partes del cerebro que ayudan a la gente a observar las cosas claramente experimentan una interferencia a causa del trauma, y que las zonas impactadas por el trauma son zonas que no tienen acceso a la cognición.  Es la zona llamada periacueductal la que tiene que ver con la experiencia de seguridad en el cuerpo. La amígdala, por supuesto, que es como un detector de humo para protección de incendios -la campanilla de alarma del cerebro-  es ahí donde aterriza el trauma, alterando el funcionamiento de esa zona del cerebro: en algunos casos la vuelve hipersensible, y en otros totalmente insensible.

También se descubrió que el área de Broca (que nos permite poner las cosas en palabras) se apaga cuando la gente está en medio del trauma. Eso es algo que casi todo el mundo ha experimentado, si noe s en untrauma en situaciones de alta intensidad emcional. Uno se enoja con su pareja o su hijo, en ciertas circunstancias puede decir cosas horribles y luego cuando se calma, “Oh, no quise decir eso".

Porque el área de Broca nos sólo nos ayuda a poner las cosas en palabras sino a decir cosas razonables, a entender las cosas y a articularlas. Entonces cuando se apaga, cuando la gente siente mucho enojo, o una emoción intensa la gente pierde la capacidad de poner las cosas en palabras y la capacidad de articular desaparece. Ese es un descubrimiento muy importante porque nos ayuda a entender que si la gente necesita superar el trauma, necesitamos encontrar métodos para ir más allá de la tiranía del lenguaje.

En lo que respecta al trauma, no se trata de ser razonables, ni de poner en palabras y poder articular, solamente.

Todo el tiempo tenemos un montón de impulsos que pugnan en nosotros, y que quedan alterados luego del trauma. Estamos diciendo que no se trata sólo de que tenemos recuerdos y que cada uno los procesa de diferentes maneras, sino que al mismo tiempo estamos también todo el tiempo racionalizando, porque también tenemos este impulso a racionalizar. Y la gente traumatizada sigue teniendo este impulso a racionalizar pero pierden la capacidad de darse cuenta de la irrelevancia de ese recuerdo y ese sentimiento en el momento presente, porque siguen en el pasado.

Tenemos en el cerebro distintas partes que de alguna manera están separadas... tenemos nuestro cerebro animal que nos hace ir a dormir y gestiona el hambre, y nos orienta hacia otros seres humanos de modo sexual y afectivo... Y tenemos nuestro cerebro racional, que hace que nos llevemos bien con los otros de un modo civilizado. Estos dos cerebros NO están conectados entre sí. Entonces cuanto más enojado o asustado estoy, más se bloquea la otra parte de mi cerebro.

Si la parte primitiva de mi cerebro percibe algo de algún modo amenazante es casi imposible hablarnos a nosotros mismos para calmarnnos y salir de ahí. Esto es lo que hace que la psicoterapia verbal sea difícil, ya que acceder a la parte primitiva del cerebro es difícil a través de la palabra.

"Sabemos que hay un modo de medir la integridad de nuestro cerebro reptiliano (que es el que nos protege con conductas de ataque y defensa) , es decir: cómo la parte más primitiva de nuestro cerebro maneja la excitación. Y lo medimos por medio de la variación del ritmo cardíaco, y cómo este se sincroniza con la respiración. Cuanto más calma es la persona, más capacidad de darse cuenta (más capacidad de ser mindful, ser conciente) tiene, y más alta la variabilidad del ritmo cardíaco. Cuando estamos ejercitando esto con gente traumatizada, notamos que tienen muy mala variabilidad cardíaca. Entonces pensé, ¿cómo podemos hacer para cambiar la variabilidad de los latidos del corazón? Así llegué yo a la práctica del yoga.  La gente traumatizada tiene una variabilidad de ritmo cardíaco diferente de la normal, porque la gente traumatizada "corta" la conexión con sus cuerpos.

Ya en 1872, Charles Darwin había escrito un libro sobre las emociones, en el que contaba como las emociones se expresan en el cuerpo. Cuando experimentamos emociones sentimos cosas en el cuerpo. Las personas traumatizadas hacen lo imposible para acallar sus sentimientos cortando el contacto con el cuerpo.

Una manera de hacerlo es a través de la ingesta de drogas o de alcohol.

La mayoría de la gente traumatizada que se atiende en el centro en que trabaja Van der Kolk, han cortado la conexión con su cuerpo, pueden no darse cuenta de los que les pasa en el cuerpo.  No registran lo que les pasa interiormente. Ayudarlos, implica restablecer el sentido de seguridad en el cuerpo para que puedan restablecer la relación con la vitalidad de su organismo.

Se trata de ayudarlos a activar en el cerebro las áreas que tienen que ver con restaurar esta sensación de seguridad en el cuerpo. Creen que que el yoga no es la única manera de lograr eso, también valoran el Método Feldenkrais, el Rolfing... Se trata de diseñar un programa de sanación integral que incluya el cuerpo y la mente prestando atención a la respiración para ir reseteando áreas del cerebro que han sido afectadas por las experiencias traumáticas.

Es interesante lo que dice respecto a la desconexión del cuerpo, y su relación con las culturas y nuestros ancestros. Opina que la cultura occidental está increiblemente desconectada de su cuerpo:  "He visitado Sudáfrica varias veces, y China y Japón y la India y pude ver que somos menos corporales que ellos. A mí me gusta decir que creo que somos así de desencarnados porque venimos de una cultura post-alcohólica, la gente que tiene sus orígenes en el Norte de Europa tenía una sola manera de lidiar con el estrés: la botella de alcohol. "La cultura Norteamericana continúa con esa noción. Si te sentís mal, te tomás un trago o una píldora de algo. La idea de de que uno puede hacer cosas para cambiar la armonía dentro de uno no se enseña en nuestra cultura ni en las escuelas, ni en las iglesias, ni en nuestras practicas religiosas. A propósito de esto: si miramos las practicas religiosas alrededor del mundo, siempre implican danzas, cánticos, movimiento... experiencias físicas.  Nosotros, en cambio, cuanto más respetables nos volvemos,  más rígidos nos vamos poniendo."

Bessel Van de Kolk ha investigado también acerca de la práctica de la terapia EMDR a la que llama
"un bizarro y maravilloso" modo de tratamiento:  "Todo el que escucha acerca de esto por primera vez -incluído yo mismo- tiende a pensar que se trata de algo demasiado extraño como para ser cierto. Se trata de algo inventado por Francine Shapiro que es quien lo descubrió. Mover los ojos de un lado a otro mientras uno piensa en recuerdos desagradables y estresantes, hace (entre otras cosas) que el malestar vaya perdiendo su fuerza.  Debido a experiencias que había tenido yo mismo, y también mis pacientes que me habían contado sus padeceres decidí tomar un entrenamiento, y resultó ser increíblemente útil... Entonces realicé una de las investigaciones probablemente más importantes sobre EMDR, y constatamos su efectividad tanto en adultos al inicio de sus traumas, como en personas que habían sufrido un sólo evento, EMDR tuvo mejores resultado que cualquier otro tratamiento que haya sido publicado. Lo que es intrigante acerca de EMDR es lo bien que funciona, y la pregunta es cómo es que funciona imaginando cosas y dándose cuenta de otras. La estimulación bilateral activa algunos procesos naturales en el cerebro que ayuda a integrar estos recuerdos pasados. Es un tratamiento increíblemente efectivo. Y lo que es interesante es que inclusive en los estudios más prejuiciosos, EMDR sigue saliendo como un tratamiento muy efectivo. Ha sido muy difícil conseguir fondos para averiguar los mecanismos subyacentes a sus efectividad. Si llegamos a comprender cabalmente cómo es que funciona tan efectivamente, habremos comprendido el funcionamiento mental con más profundidad. Es un tratamiento espectacularmente efectivo. Especialmente para esa gente que ha vivido algo terrible y que no se lo puede quitar de la mente, claramente, para ellos es el tratamiento indicado. Por supuesto, hay gente  que me viene a ver con múltiples traumas, en esos casos el tratamiento con EMDR es más complicado que cuando se trata de un sólo evento traumático, lleva más tiempo. Pero cuando se trata de un sólo accidente, un robo, cuando se trata de reprocesar un solo evento, la efectividad de EMDR en corto plazo es sorprendente."


Basado en la traducción de los fragmentos principales del reportaje realizado para On-Being por Krista Tippett  - Fuente Original: http://onbeing.org/programs/bessel-van-der-kolk-how-trauma-lodges-in-the-body/

es Director Médico del Trauma Center en el Justice Resource Institute en Brookline, Massachusetts. 
También es profesor de psiquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston.


Ilustración: "Escrito en el cuerpo" de María Elina Méndez.