El "remate" de este corto publicitario que la agencia Leo Burnett creó para su cliente
CAR ONE es: "Por suerte los psicólogos no son como los mecánicos".
Y -en cierto sentido- (por suerte), es verdad.
Los psicólogos no somos "como los mecánicos" -o no deberíamos serlo- porque cada persona es
única, cada situación es única, y no podemos tomar "decisiones clínico-pragmáticas generales" como
si una persona fuera simplemente "una cosa que no funciona y hay que hacerla funcionar".
Observá, por ejemplo, la cara preocupada del jóven que sale de la consulta, la incomodidad
o sorpresa de la madre que fue a buscar "una cosa" -el resultado de un test vocacional, o la
confirmación de que el hijo continuará con la misma profesión del padre- y le entregan de zopetón
"otra", supuestamente "más adecuada" o "mejor" desde el punto de vista tal vez pertinente pero
unilateral del terapeuta.
¿En qué falta grave incurre este personaje de ficción "psicólogo-mecánico"?
Podríamos decir sin temor a equivocarnos que las responsables del malestar de los consultantes, son la falta de EMPATIA , y la falta de TIMING:
Empatía: El profesional debe tener en cuenta cómo se sienten o qué necesitan o esperan los consultantes. Aunque no siempre será adecuado o posible brindar exactamente lo que el consultante espera, no podemos o debemos dejar de tener esas expectativas en cuenta, hablar de ellas. También deberíamos tener el cuidado de compartir hasta donde sea posible la responsabilidad en la toma de decisiones dentro del proceso.
Timing: Esta palabra en inglés nombra el difícil arte de "saber" cuándo es el momento clínica y empáticamente adecuado para hacer o no hacer alguna cosa, y decir o no decir algo. Aprender a funcionar teniendo el cuenta el Timing dentro de un proceso de orientación o de terapia, es algo
clave y depende de un sexto sentido que desarrollamos con la experiencia y ayuda mucho en nuestra tarea.
El deseo de que un psicoterapeuta funcione como mecánico de la mente, muchas veces hace obstáculo al proceso terapéutico: no me va a gustar que mi psicólogo me vea como una máquina, pero al mismo tiempo me encantaría que me diga con certeza cuando voy a estar funcionando mejor.
Timing: Esta palabra en inglés nombra el difícil arte de "saber" cuándo es el momento clínica y empáticamente adecuado para hacer o no hacer alguna cosa, y decir o no decir algo. Aprender a funcionar teniendo el cuenta el Timing dentro de un proceso de orientación o de terapia, es algo
clave y depende de un sexto sentido que desarrollamos con la experiencia y ayuda mucho en nuestra tarea.
El deseo de que un psicoterapeuta funcione como mecánico de la mente, muchas veces hace obstáculo al proceso terapéutico: no me va a gustar que mi psicólogo me vea como una máquina, pero al mismo tiempo me encantaría que me diga con certeza cuando voy a estar funcionando mejor.
¿Cuánto tiene este corto publicitario de caricatura exagerada y cuánto de realidad?
Los terapeutas somos humanos y nadie está exento de cometer alguna vez, una falta de empatía o de timing. Las faltas de timing y de empatía (si no se hablan y se reparan) se pagan en general con la interrupción de la consulta o el tratamiento. Cuesta mucho imaginarse que esos consultantes vayan a volver a pedir ayuda a ese profesional, o a recomendarlo si al irse se sienten más preocupados que cuando llegaron.
Sin embargo, hay un aspecto adecuado y positivo en esta analogía de ver a un psicoterapeuta como "mecánico de la mente", porque... cuando alguien consulta, ¿no lo hace acaso porque hay "algo que no funciona" y se espera "mejorar o reparar"? (autoestima, identidad, vínculos, experiencias, dolores, bloqueos, inhibiciones, cortocircuitos, conflictos, etc)
Hoy en día los terapeutas hablamos de los recursos terapéuticos con los que contamos como "nuestra caja de herramientas". Cada marco teórico, tiene sus herramientas o recursos. Cuantas más tenemos, más flexibles somos al poder adecuarnos mejor a lo que cada consultante necesita. El foco tiene que estar en el que consulta, no en la teoría predilecta del profesional.
Sin embargo, hay un aspecto adecuado y positivo en esta analogía de ver a un psicoterapeuta como "mecánico de la mente", porque... cuando alguien consulta, ¿no lo hace acaso porque hay "algo que no funciona" y se espera "mejorar o reparar"? (autoestima, identidad, vínculos, experiencias, dolores, bloqueos, inhibiciones, cortocircuitos, conflictos, etc)
Hoy en día los terapeutas hablamos de los recursos terapéuticos con los que contamos como "nuestra caja de herramientas". Cada marco teórico, tiene sus herramientas o recursos. Cuantas más tenemos, más flexibles somos al poder adecuarnos mejor a lo que cada consultante necesita. El foco tiene que estar en el que consulta, no en la teoría predilecta del profesional.
Empatía y Timing son dos habilidades psicoterapéuticas imprescindibles. De las dos, la más fácil de detectar si "se da o no se da" es la primera ¿Cómo me siento cuando estoy con un profesional empático? Siento que me comprende, que puede ponerse en mi lugar, que humanamente me está entendiendo. Es una base de sintonía entre ambos que prepara el piso sobre el cuál se apoyará el vínculo de confianza y la alianza psicoterapéutica de trabajo entre ambos.
Las fallas de Timing, son fallas más "técnicas" que ocasionan un malestar ocasional en determinados momentos del tratamiento, aunque también un buen Timing tiene que ver con detectar las distintas prioridades que hay que tener en cuenta en la estrategia de un tratamiento. ¿Qué es lo más importante o imprescindible al inicio y en cada momento?
Timing y Empatía son dos habilidades fundamentales que además presentan una dificultad adicional para la díada psicoterapéutica: tomar conciencia que las personas que nos consultan, NO son internamente una UNIDAD MONOLÍTICA. Todos estamos formados por distintas partes internas, aspectos que forman parte de nosotros y que tienen distintas necesidades, distintos niveles de madurez... que se angustian por distintas cosas o que frente a una misma cosa pueden tener percepciones DIFERENTES. Esta realidad es la que está en la base de nuestros CONFLICTOS. A algunos los conocemos o son los que nos llevan a terapia y otros a veces ni sabemos que existen. Y entonces puede pasar que como psicoterapeutas tengamos una intervención que nos parece adecuada para una parte del consultante pero que es totalmente inadecuada para otra que no estamos teniendo en cuenta o que nunca siquiera apareció en la consulta y este malestar puede ser la manera en que se presente por primera vez. Cuanta más claridad tengamos sobre la "heterogeneidad interna" del paciente y más lo ayudemos a tener en cuenta las diferentes partes que lo constituyen, más claridad irá teniendo el paciente sobre sí mismo, y más fácilmente sabremos el efecto de cada intervención sobre las distintas partes del sistema.
De esta manera, en el mejor de los casos, un error de Timing puede ayudarnos a descubrir una parte que no estábamos teniendo en cuenta ninguno de los dos (la que experimenta el malestar), y eso da lugar a tomarla en cuenta, conocerla, y ayudarla mejor.
Distintos tipos de pacientes, motivos de consulta o momentos de un tratamiento pueden requerir distintos marcos teóricos y herramientas. Especialmente cuando trabajamos de un modo focalizado, orientándonos a objetivos de tratamiento concretos, negociados con el paciente y sobre los que desarrollamos un trabajo conjunto, compartido y consensuado, para poder evaluar con claridad los resultados obtenidos.
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