Resiliencia y Terapia EMDR.


Frente a cualquier evento muy adverso y/o inesperado que una persona ha experimentado la mente produce defensivamente (para orientarse y protegerse) un juicio, una afirmación, produce una creencia que implica al YO. 

Cuando el evento es traumático, la información de lo vivido es archivada en el cerebro en bloque (IMAGENES, PENSAMIENTO NEGATIVO, SENTIMIENTO NEGATIVO y SENSACION en el cuerpo), esto es sin digerir psíquicamente debido a la intensidad emocional del evento. Cuando hay trauma esa creencia queda activada emocionalmente en la mente de la persona y pasa a formar parte de modo irracional de 4 maneras distintas, que varía de una persona a otra según la personalidad, la historia que lo antecede, sus recursos, etc.

1) Creencia negativa que da lugar a un AUTOCONCEPTO DISFUNCIONAL (ejemplo: "Merezco solo cosas malas")

2) Creencia negativa acerca de su RESPONSABILIDAD NO APROPIADA RESPECTO A LO QUE PASÓ (Ejemplo: "Debí haber sabido mejor que un avión era peligroso, si hubiera sabido mejor no habría vivido luego como un un náufrago en esta isla y no me hubieran abducido los extraterrestres...").

3) CREENCIAS GEERALIZADAS DE DESCONFIANZA O PELIGRO ("No puedo confiar en nada")

4)  IDEA PERMANENTE DE FALTA DE CONTROL O FALTA DE OPCIONES QUE SE GENERALIZA (Ejemplo: "No me puedo proteger, soy vulnerable".

La Terapia EMDR, permite que el cerebro desensibilice y reprocese los eventos traumáticos permitiendo que las creencias y sentimientos negativos se transformen luego de ser digeridos en pensamientos y sentimientos adaptativos en la dirección de lo que la persona necesita para recuperarse.  ¿Por qué ocurre esto?  Porque nuestro cerebro tiene la capacidad de sacar un aprendizaje de todo lo vivido, incluso lo negativo y transformarlo en una experiencia de aprendizaje que fortalece al sujeto que le permite sobrevivir a lo acontecido y seguir viviendo con confianza renovada en la vida y en sí mismo.


Ilustración: El blog de Tute.