Génesis: Al Principio fue el Entusiasmo.

La función principal de la inteligencia es dirigir bien el comportamiento, aprovechando adecuadamente el conocimiento y la emoción. 

La palabra entusiasmo proviene del Griego y significa tener un Dios dentro de sí. 

La persona entusiasta o entusiasmada es aquella que guiada por su fuerza y sabiduría, puede transformar la naturaleza que la rodea y hacer que ocurran cosas. Sólo las personas entusiastas son capaces de vencer los desafíos de lo cotidiano. Es necesario entusiasmarse para resolver los problemas que se presentan y pasar a una nueva situación. 

El entusiasmo es un estado de fe, de afirmación de sí mismo. La persona entusiasta es aquella que cree en su capacidad de transformar las cosas, cree en si misma, cree en los demás, cree en la fuerza que tiene para transformar el mundo y su propia realidad. Está impulsada a actuar en el mundo, a transformarlo, movida por la fuerza y la certeza en sus acciones. 

El entusiasmo es lo que da una nueva visión de la vida. 

Entusiasmo es distinto de optimismo. 

Optimismo significa creer que algo favorable va a ocurrir, inclusive anhelar que ello ocurra, es ver el lado positivo de las cosas, es una postura amable ante los hechos que ocurren. 

En cambio el entusiasmo es acción y transformación, es la reconciliación entre uno mismo y los hechos, las cosas: Solo hay una manera de ser entusiasta, y es actuando con entusiasmo.
Si tuviéramos que esperar tener las condiciones ideales primero para luego entusiasmarnos, jamás nos entusiasmaríamos por algo, pues siempre tendríamos razones para no entusiasmarnos. 

No son "las cosas que van bien" lo que trae entusiasmo, es el entusiasmo que nos hace hacer bien las cosas. 

Hay personas que se quedan esperando que las condiciones mejoren, que llegue el éxito, que mejore su trabajo, que mejore su relación de pareja o de familia para luego entusiasmarse...

Si creemos que es imposible entusiasmarnos por las condiciones actuales en las que nos tocó vivir, lo más probable será que jamás saldremos de esa situación.  

Es necesario creer en uno mismo, en la capacidad de hacer, de transformarse y transformar la realidad que nos rodea. 

Hay que trabajar para ir más allá de la negatividad, y el escepticismo. 

La gente se vuelve negativa y escéptica cuando ha tenido malas experiencias y desilusiones. 

Hay que buscar ayuda para digerir eso malo que nos ha pasado. 

Recuperar el entusiasmo o sentirlo por primera vez, no sólo es posible, sino que es necesario.

Estar o trabajar junto a alguien que siente genuino entusiasmo puede ayudarnos a salir de la inercia, porque el entusiasmo es contagioso.