Mapas de la Manipulación Relacional











Hay personas que consultan por el intenso malestar que experimentan a causa de una  relación que mantienen con alguien a quien califican de "manipulador".  Un perfil que pareciera estar "de moda". La queja suele aparecer asociada a  características de dependencia emocional y  problemas de autoestima que si bien se denuncian como consecuencia del vínculo en cuestión, veremos finalmente que resultan previos.

Pueden ser hombres o mujeres, utilizo el género indistintamente.

Si el consultante se ha puesto en posición de víctima de modo irreductible, se obtura bastante la posibilidad de reflexionar respecto a la implicación subjetiva de quien consulta por el padecimiento vincular que se denuncia. Es frecuente que la persona llegue con "diagnósticos" pre-elaborados en base a información obtenida en internet, siendo la corroboración de las características descriptivas encontradas en la red lo que las ayuda a darle una significación al malestar y hacer la consulta.

Suele ser necesario tomarnos cierto tiempo para explorar conjuntamente la situación desde distintos puntos de vista a efectos de flexibilizar nuestra mirada, recabar datos de la historia personal y de la  relación antes de poder intervenir adecuadamente. Si se trata efectivamente de un manipulador relacional, su conducta manipuladora suele hacer tanto "ruido" y cobra tanta pregnancia que cualquier sugerencia nuestra de relativizar su influencia será cuestionada  por el sentido común. Hay muchos libros de autoayuda al respecto que complican bastante nuestra tarea, por el reforzamiento del sentimiento de victimización que producen. Pero también pueden movilizar la toma de conciencia acerca de una relación tóxica.

Se da la paradoja de que  a pesar del  riesgo obturador, disponer de mapas para detectar conductas manipuladoras nos ayuda efectivamente a orientarnos, pesquisarlas y poder desarrollar estrategias para hacer los movimientos que nos permitan llegar a ponernos a resguardo de ellas.

Lograr establecer ese punto de relativización "momentánea" será  de suma importancia y valdrá la pena perseverar en el intento, explicando a quien es objeto de manipulación, que al manipulador no podemos más que "detectarlo" como tal, pero que difícilmente vamos a poder cambiarlo: El único proceso de cambio al que podemos aspirar es apelar a la toma de conciencia y cambio de posición de quien está siendo manipulado.

Isabelle Nazare-Aga es una terapeuta francesa cognitivo-conductual reconocida en los medios masivos como un "referente internacional especializado"  y en sus libros ofrece detalladísimas tipologías de todas las versiones conductuales que su práctica clínica le ha permitido describir. Solamente voy a citar algunas coordenadas a efectos de afinar el "GPS":

Podemos suponer que alguien se comporta como un "Manipulador Relacional" si presenta aproximadamente una decena de las siguientes características:

1. Culpabiliza a los demás en nombre del vínculo.
2. Traslada al otro la responsabilidad y se desentiende de sus propias responsabilidades.
3. No comunica claramente sus demandas, necesidades, sentimientos y opiniones.
4. Responde a menudo en forma confusa.
5. Invoca razones lógicas para enmascarar demandas.
6. Cambia de opinion, conducta o sentimientos según las personas o situaciones.
7. Pone en duda las cualidades de los demás, critica y juzga sin parecer que lo hace.
8. Sabe hacerse la víctima para que se le compadezca.
9. Cambia radicalmente de tema en el transcurso de una conversación.
10. Se comunica indirectamente a través de terceros.
11. Hace caso omiso de las demandas aunque dice ocuparse de ellas.
12. Miente
13. Falsea los hechos para averiguar la verdad, deforma e interpreta.
14. Es egocéntrico.
15. No tiene en cuenta los derechos, deseos y necesidades de los demás.
16. Su discurso parece lógico y coherente, cuando sus actitudes responden al esquema opuesto.
17. Utiliza halagos o nos hace regalos para gustarnos.
18. Produce en el otro un estado de malestar, falta de libertad o sensación de trampa.
19. Es absolutamente eficaz para lograr sus propios fines, pero a costa de los demás.
20. Nos induce a hacer cosas que probablemente no haríamos por voluntad propia.
21. Es constantemente objeto de conversación entre personas que lo conocen, aunque no se encuentre presente.

No hay que confundir jamás la manipulación que es un mero comportamiento pasajero con la personalidad manipuladora. El manipulador manipula porque no puede hacer otra cosa, para él (o ella) su conducta es expresión de una defensa inconsciente.

El 90 % de las personas somos vulnerables a la manipulación, por lo tanto si sentimos intenso malestar emocional, sensación de falta de libertad o de estar atrapados en una trampa vincular, redoblemos la atención!

La segunda recomendación de Nazare-Aga en caso estemos expuestos a la influencia de un MANIPULADOR RELACIONAL es HACER CUANTO ANTES EL DUELO DE UNA COMUNICACION FUNCIONAL O IDEAL: este duelo consiste en darnos algún tiempo para aceptar progresivamente que la comunicación normal con esa persona tal vez nunca sea posible.

La tercera recomendación que propone es APRENDER un estilo de comunicación que ella llama CONTRAMANIPULATIVO, y que consiste en comunicarse de la misma manera que lo hacen el manipulador y las personas que son inmunes a la manipulación,
esto es: adaptarse en cada momento al manipulador para protegerse de él,  oscilando según convenga con respuestas humorísticas, nebulosas, vagas, negativas firmes, con una actitud deliberada que requiere bastante esfuerzo de disociación emocional. Suena agotador?  Lo es.  Pero en determinados momentos, puede resultar útil.

En todo caso, considero imprescindible que la persona que se sospecha víctima de manipulación haga una consulta para dilucidarlo y en caso afirmativo considere explorar en su psicoterapia las causas primarias de su dependencia emocional e inseguridad que son los factores que estadísticamente suelen estar en la base de la tendencia a relacionarse con personas manipuladoras, y al mismo tiempo sanar las secuelas emocionales que pueda haberles dejado una interacción prolongada de carácter emocionalmente "abusivo". Si bien podemos suponer con un grado considerable de certeza que quien encarna en esta dupla la posición manifiesta de "victimario" también carga sobre sí una historia de algún tipo de abuso emocional en la infancia, el tipo de conducta caracteropatizada que organizan como defensa suele dificultar bastante o llegar a impedir de modo absoluto el abordaje terapéutico no sólo de su tendencia a la manipulación, sino del abuso primario. Se trata de una trama compleja, de una delicada cuestión de "grados", habría que ver.

Como indica el título de este post, la intención es esbozar solamente un posible  "mapa" para poder pensar esta clase de interacciones. Los mapas no son los territorios. Siempre tenemos que ver el "caso por caso".

Los amigos o parientes de la persona "manipulada", a veces son los primeros en experimentar  malestar respecto a estas interacciones de terceros, ya que "de afuera" no sólo pueden tener una perspectiva más clara para detectar estas disfuncionalidades, al tener su "canal" más limpio para captar la disfuncionalidad, mientras que la persona que está "dentro" del vínculo sólo experimenta malestar, sin tener claro por qué.  Habría que ver cuidadosamente qué es lo que está pasando.

Nazare-Agar también habla de tres fases claras:  una de seducción y enamoramiento en la que el sujeto en cuestión encarna "la perfección de las perfecciones" y se concreta el pasaje a la convivencia, el matrimonio o la formación veloz de una familia con gran celeridad. La segunda fase es la toma de conciencia acerca del cambio rotundo en su comportamiento que vira al sutil o franco maltrato psicológico (generalmente después del nacimiento de los hijos), y la tercera fase, es la de la huída o divorcio del integrante "manipulado".

Otra autora que se ha focalizado en este tema es la psiquiatra francesa Marie-France Yrigoyen quien se refiere a la personalidad manipuladora franca como "perversos narcisistas" (término del psicoanalista Paul- Claude Racamier y que tiene correlaciones con lo que Otto Kernberg describe bajo el término de narcisismo patológico).

La alternativa en caso de incertidumbre es hacer una consulta profesional para analizar las fuentes del malestar y arribar a un diagnóstico situacional y vincular que nos permita pensar alternativas para encontrar alivio.

Fuente: Nazare-Aga, Isabelle - "Los Manipuladores", Editorial Byblos, Buenos Aires (1997)