La Angustia: En relación al Trauma y la Comunicación.



Primer Plano de un fragmento de "La noche estrellada"
de Vincent Van Gogh (MOMA, New York)
 Autor: Guillermo Mattioli
Entre inefable y señal de alarma, miedo sin objeto o "no siendo" sin objeto, de  nacimiento, castración, persecución o separación;  la angustia  intenta emitir su mensaje tanto entre los vínculos como en las teorías psicoanalíticas. Y siempre en referencia al deseo, ese motor de los proyectos de vida humanos.(...)

La angustia es el afecto que no puede decir su nombre.
 
“Angustia”  es un nombre pantalla para lo que no puede ser nombrado. (...)Lo que no puede ser nombrado es la representación que produce el afecto que acabará siendo angustioso. Los afectos  son  juicios de valor que produce nuestra mente respecto de las  percepciones. La angustia es angustiosa, digámoslo así,  porque expresa la valoración dolorosa que el aparato psíquico  realiza de determinadas escenas impresas en la memoria.  El afecto angustioso llama la atención sobre otro afecto que no puede ser nombrado porque las escenas mentales que lo motivan son demasiado terroríficas para poder ser aceptadas en la conciencia.  (...)Los analistas tendemos a creer que hasta que las cosas no  llegan a la palabra no pueden ser debidamente recordadas, pensadas y elaboradas.  Quizás este era el sentido oculto en la (famosa) frase (lacaniana):  “si el analizante dice que está angustiado no lo está”. Si cuando dice que está angustiado es que no  lo está, será que ahora que puede decirlo ya no lo está.  De todas maneras nuestra extendida preferencia teórica por el lenguaje, que a veces llega hasta el punto  de creer que sin lenguaje no habría pensamiento, actualmente no se puede sostener.   Desde la revolución  cognitiva en la ciencia psicológica ya se sabe que pensamiento y lenguaje son dos funciones distintas, aunque ambas  mejoren en su interacción.  Lo que quiero decir para ir al grano es que hay más memorias y maneras de elaborar que la verbal y  que tratar  pacientes con  traumas severos es un buen campo de experimentación sobre estas diferentes posibilidades de trabajar sobre las formas de la memoria. Las angustias de aniquilación, los estados de confusión y las vergüenzas esenciales no suelen permitir un abordaje terapéutico estrictamente verbal, me refiero a la escucha empática y la interpretación, incluso en sentido amplio de la noción de interpretación.  Hace tiempo que yo me apoyo muy ventajosamente en ejercicios de hipnosis ericksoniana, programación neurolingüística y recientemente también EMDR.   Estos métodos demuestran que también se puede elaborar sin casi hablar, encadenando imágenes visuales o sensaciones en el transcurso de algún ejercicio, o favoreciendo la traducción entre representaciones sensoriales, visuales y sonoras, en cualquier orden y apelando al lenguaje como instrumento de síntesis. O apelando a la  imaginación del paciente para construir narraciones alternativas a las coaguladas en sus síntomas.




"La noche estrellada"- Vincent Van Gogh (MOMA, New York)
Fuente: Dr. Guillermo Mattioli - Fragmentos de  Trauma, angustia y comunicación.