Qué es el trabajo de duelo ?






Los duelos ocurren constantemente en el transcurso de la vida. Todo el proceso del desarrollo, desde el nacimiento hasta la muerte, implica el vencimiento constante de situaciones de duelo.


Un duelo es un proceso interno que tiene lugar respecto a algo que se ha perdido.


Los duelos se refieren a situaciones de cambio y por tanto de pérdida, inclusive si se trata de situaciones "normales" propias de etapas del desarrollo. Cada nueva etapa implica hacer duelos respecto a aspectos de la etapa anterior...


Desde el punto de vista etimológico la palabra duelo significa lucha. El duelo es un proceso de lucha interna que se lleva a cabo con bastante dificultad, aún en los casos mejor elaborados.


Todas las cosas, situaciones y personas, tienen aspectos buenos y aspectos malos. 


El proceso de duelo se parece al mecanismo de asimilación de los alimentos: determinadas partes del alimento son absorbidas hasta formar parte de nuestra masa corporal, y una parte -según la calidad del comestible- es expulsada al exterior. Pero lo que se expulsa no son solamente restos alimenticios no ingeribles, sino que hay productos del cuerpo mismo. Esto es algo más que una metáfora, es la expresión de una serie de mecanismos inconscientes que ocurren en la medida en que tenemos que metabolizar cualquier situación de pérdida. 


Hacer un duelo es entonces elaborar una pérdida.


Cuando hablamos de pérdidas, hablamos de cosas significativas para el YO (objetos) que la persona ha perdido (una pareja, un trabajo, dinero, oportunidades, un cambio de status de cualquier orden, poder, prestigio, infinidad de cosas...).


En la medida en que nos vamos separando de "objetos" vamos haciendo internamente una serie de confrontaciones sucesivas con los aspectos buenos y malos de lo perdido, y asi podemos de a poco ir  asimilando las partes buenas de eso perdido en nuestro yo (lo nutritivo), para poder ir desprendiendonos del objeto y aceptar la pérdida.


Respecto a lo que consideramos "malo" o tóxico, se trata tanto de experiencias que pueden quedar tanto en nuestro interior como en el mundo externo. Eso también hay que elaborarlo.


Es la única manera en que frente a una pérdida, una persona puede llegar a resultar ENRIQUECIDA por lo que sea que ha vivido en relación a ese objeto: hay que poder discriminar lo bueno y lo malo para llegar a metabolizar la pérdida.


Una personalidad bien estructurada debería llegar a tener tanto la capacidad de soportar frustraciones e injusticias como también de reaccionar, esto es, en algún momento dejar de depender de sus objetos. Así mismo debería poder también tener la capacidad de depender 
de sus objetos y dejarse querer. Las dos cosas.


El duelo tiene un valor semejante a ir despidiendose internamente de lo perdido, pero con la diferencia de que no es solamente una despedida cariñosa, sino que en ella se le reconoce al objeto lo bueno y también se le reprocha lo malo. Y visceversa, si lo que aparece en primer plano es LO MALO.


Los adultos aprendemos a controlar una serie de pérdidas y a quedarnos con los buenos recuerdos que nos ha dejado una buena relación con el objeto, pudiendo llegar a hacer el desplazamiento y  buscar otros objetos. Pero tenemos que pasar por el proceso que consiste en rememorar toda una serie de recuerdos, gratos e ingratos, que fueron vividos con el objeto.


La capacidad para tolerar y hacer duelos varía de una persona a otra y de un momento a otro. Tiene que ver con la personalidad, la historia, la magnitud del duelo, , el momento de la pérdida. La coincidencia de varios duelos al mismo tiempo puede dificultar las elaboraciones, como pasa cuando uno tiene que llevar a cabo demasiadas tareas al mismo tiempo).


En tanto es un proceso, un duelo es algo que se desarrolla a lo largo de un período de tiempo. 

Todo duelo normal lleva tiempo,  y pasa.  


Pero también puede ocurrir que el tiempo pase, y tengas la sensación de que el duelo se prolonga "demasiado", o que no se está llevando a cabo y el dolor o el detenimiento en tu vida se sostienen en el tiempo, que esa elaboración cuyo corolario debiera ser el enriquecimiento del yo, no se está alcanzando, y que en cambio, consecuentemente a la pérdida se instala un excesivo malestar en el cual el dolor emocional, la tristeza, la bronca, la sensación de vacío, el miedo, la angustia, u otros afectos se estancan sin que logres alcanzar la mencionada "metabolización". 


Cuando los procesos de duelo se "estancan" es  necesario consultar a un psicoterapeuta, para que haga un diagnóstico de lo que está ocurrriendo y pueda acompañarte y facilitar el desenvolvimiento de los procesos que te permitan seguir adelante con tu vida de la mejor manera posible.






Fuente:  David Liberman  en  "La comunicación en terapéutica psicoanalítica" Eudeba (1962)