Reconocernos es empezar a cambiar.


Soy mi propia religión, mi soberano, yo me enseño 
Pretendo ser real y todavía soy un sueño 
Soy mi propio enemigo y me importa la derrota 
Tu mirada se me nota es mi cáscara y mi ropa. 
Yo soy aún no soy mío y aunque quiera ser mi dueño 
Envejezco y me hago grande y todavía no me tengo 
Soy mi dolor, soy mi condena 
Soy el veneno de mis venas 
Soy mi remedio, soy mi cura, 
la enfermedad es mi cordura 
Tengo duras las pupilas, tengo corta la mirada 
Y si en el fondo hay algo bueno, lo imagino, no lo veo 
Tengo celos, tengo envidia, tengo bronca y me lastimo 
No piensen que soy humilde, yo solo me subestimo. 
Y aunque me parezca a todos y me confunda con la gente 
Soy como nadie, soy diferente, 
Soy mi maestro, mi referente. 
Soy, lo que siento, lo que me pasa, 
ese es mi templo, esa es mi casa 
Soy, como nadie, soy diferente 
Yo soy mi dios, mi referente. 
Soy legal, clandestino, un cordero y un asesino 
Munición sin escopeta, 
un caballo salvaje en una carreta. 
Soy leal, soy celoso, tengo códigos, como un mafioso 
Los dementes me acompañan, mis amigos no me extrañan 
Soy temerario, perseguido, mal pensado, retorcido 
Estoy enfermo de humanidad, bebiendo luz de la oscuridad 
Como aun no soy consciente necesito de la gente 
Por dentro soy vulnerable, por fuera auto suficiente 
Soy la fuerza del vapor, una mezcla de agua y fuego, 
yo soy semilla de sol, un enviado del cielo. 
Me desvela descubrir el corazón tras tanto velo 
Soy luz intermitente, soy pájaro que aún no vuelo 
Soy, lo que siento, lo que me pasa, 
ese es mi templo, esa es mi casa 
Soy, como nadie, soy diferente, yo soy mi dios. 
Ahí en esa podredumbre, esta la fuerza de la flor 
Ahí donde la vida duele, curan los ojos del amor 
Ahí cambias la suerte, por el impulso de crear 
Ahí reconocernos es suficiente, es empezar a cambiar. 
Ahí en esa podredumbre, se encuentra el compost de mi flor 
Ahí donde la vida duele, se abren los ojos del amor 
Ahí en el pozo de la desidia, terminan ganas de crear 
Ahí reconocernos es suficiente, es empezar a cambiarnos. 
Soy, lo que siento, lo que me pasa, 
ese es mi templo, esa es mi casa 
Soy, como nadie, soy diferente, yo soy mi dios. mi referente. 
Reconocernos...
Es empezar a cambiarnos...

(Gustavo Cordera)