Visionarios entre lo antiguo y lo nuevo

KANDINSKY

Urge, urge tremendamente recrear el amor. 
La voz de la eternidad nos recomienda: no trates de cambiar a nadie externamente, no ataques su comportamiento, aunque notes nítidamente que debe ser cambiado.
Ese es el estilo antiguo: el verdadero impulsor de las guerras. Comparte tus experiencias, cuenta anécdotas personales, expresa la alegría, la excitación, la maravilla, los beneficios que has experimentado al servicio de la Presencia
que se yergue en la Tierra. No le indiques a nadie cómo debe vivir. 
A veces, durante nuestras labores introspectivas, me preguntan:
¿Cómo podemos despertar? ¿cómo podemos liberar nuestras mentes de viejos hábitos de pensar y hacer los cambios interiores que nos están siendo pedidos? 
La respuesta obvia indica aprender a vivir más en el momento presente, en vez de seguir siendo prisioneros de nuestras apreciaciones del pasado y de nuestros apegos egocéntricos a presuntos resultados futuros.

El psiconauta o astronauta del espacio interior debe saber que las exigencias de la cultura convencional imponen la construcción de defensas emocionales y racionales que suelen convertirse en corazas que con frecuencia traban la expresión de  sentimientos y/o ideas, y pueden desenbocar en situaciones patológicas de estasis (=detención del flujo mental, emocional, libidinal, etc.). 
Reconocer y ejercer la sacralidad del ser profundo de cada cual constituye una obra prioritaria de los seres humanos en la actual etapa evolutiva de nuestra especie. 
Un visionario no es alguien que percibe cosas que los demás no advierten, sino un ser que capta exactamente la energía esencial en un lugar específico y en determinado momento histórico. No se posiciona contra la corriente, todo lo contrario, se vuelve parte de la corriente generativa del Universo. De igual modo, un sabio no es alguien que meramente discierne ideas que para otros no existen (dado que saber es fusionarse con lo sabido), sino el portador de una mente en sintonía con lo que es preciso encarnar para disfrutar de una existencia terrenal incondicionada. Son pocos aún los que se proponen ver y saber intensamente. La mayoría prefiere mirar y recitar palabras ajenas. 
Lo que ahora se nos impone es un fenómeno traumático de aceleración. 
Lo antiguo conocido se disuelve de modo arrollador, y lo nuevo desconocido se nos impone de manera desbordante. El torbellino de cambio no constituye una amenaza sino el umbral de una realidad donde pueden experimentarse liberadores estados de conciencia.




"Collage" de ideas expresadas por  Miguel Grinberg
en su libro: 
"TERNURA deleite supremo -
Vivencias espirituales, psíquicas, eróticas y evolutivas
para existir amorosamente"
Ediciones Pausa (2008 )Buenos Aires
154 páginas.