La Mirada, El Silencio, La Presencia, El Encuentro. De corazón a corazón.




En los años setenta, la artista serbia Marina Abramovic mantuvo una intensa relación de amor con su pareja, el alemán Ulay.

Pasaron varios años juntos, realizando toda clase de performances por el mundo. En 1988, cuando su relación ya no daba para más, llevaron a cabo su última "performance", titulada Los Amantes. Cada uno caminó 2.500 kilómetros desde lados opuestos de la Gran Muralla China hasta encontrarse en el medio, abrazarse y no volver a verse nunca más.

23 años después, cuando Marina Abramovic ya era una artista consagrada, el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) le dedicó una retrospectiva a su obra denominada The Artist is Present  (La Artista está Presente). Dentro de la misma, Marina compartía un minuto en silencio con cada extraño que se sentaba frente a ella.

Ulay llegó sin que ella lo supiera, y entonces sucedió lo que se ve en el video (repito el link al pie del post).


Marina muestra aquí lo que pasa cuando uno está en contacto consigo mismo, y con el otro a través de la mirada y del silencio, de corazón a corazón. 

Resulta interesante tanto lo que ocurre en el centro de la escena como la actitud de los asistentes a la muestra. Hay gente que mira lo que ocurre con curiosidad, con inquietud, con confusión, con picardía que denota placer por lo que se esta viendo, también uno imagina en algunos un leve horror o vértigo ante la posibilidad de sentarse a esa mesa frente a la artista que ESTA PRESENTE.  Hay gente que se anima a la experiencia y entra en contacto con ella, a algunos se los nota cerrados a otros abiertos, algunos se ofrecen a su presencia como si estuvieran defendiéndose o desafiando algo. Todo está bien.  Sea lo que sea. Y podemos decir que todo es contacto, siempre y cuando cada uno se de cuenta de lo que está haciendo en cada momento!  Así es. Paradójico, pero verdadero: Uno puede "estar en contacto" rehuyendo el contacto si es que se se da cuenta que está rehuyendo el contacto.  ¿Se entiende?

También podemos darnos cuenta luego del encuentro con Ulay, cómo ella sigue internamente en contacto con el impacto emocional que le ha producido el encuentro con su ex pareja, alguien muy conocido y significativo para ella dentro de la serie de encuentros con personas desconocidas... y el tiempo que ella necesita darse para poder volver a restablecer el contacto con la siguiente persona que se sienta ante ella.

Necesitamos darnos tiempo para salir del contacto con una cosa y entrar en contacto con otra.  Necesitamos darnos tiempo  para cerrar el ciclo de una experiencia antes de  abrirnos a la experiencia siguiente.  Fijate. Marina sigue en contacto respetando la consigna vivencial de estar presente. No quiere estar mirando a unanueva persona y seguir pensando en Ulay. Entonces vuelve a cerrar los ojos, varias veces, toma una inspiración, suelta el aire, se da un momento para integrar lo que acaba de ocurrir de la manera que le es posible y solo vuelve a entrar en contacto con la siguiente persona cuando ha logrado cerrar  internamente la experiencia anterior con Ulay, cuando ha recuperado su homeostasis  y está lista para abrirse a una nueva.

Esta performance de Marina está llena de enseñanzas para nosotros. Es un desafío aprender a estar presentes en la vida cotidiana. Lentificar el ritmo, como para poder abrir y cerrar experiencias para estar en contacto con lo que hacemos.  Es una capacidad que hemos perdido y podemos aprender recuperar. 

Es una de las claves para recuperar el arte de vivir y la potencia de los encuentros.

En el post anterior, hablábamos  de la propuesta de Carlos de Educar Empoderando, y él señalaba lo que ocurre cuando podemos pasar de la atención a la Presencia... la importancia que tiene el poder mirar a otro, el "registrar" a otro desde el corazón, y sentirnos mirados y "registrados" desde el corazón.   Este video nos viene como anillo al dedo para ilustrar algo de eso.


Entonces tenemos:  la Mirada y el Silencio, que favorecen la Presencia que favorece el Encuentro.

Seguimos en contacto...


Marina y Ulay