La noche oscura del alma


                                          
Mi alma es como una pequeña e insignificante semilla
la semilla necesita oscuridad y agua

para emerger de si misma y elevarse hacia el sueño que contiene en si misma.
La oscuridad, la tierra, es un útero (un entorno seguro) donde transformarse,
el agua es el alimento de la oscuridad, invisible pero constante,
el agua es el alimento de la pequeña alma, de la semilla oculta, de la semilla-alma,
ambas, oscuridad (tierra) y agua, hacen morir la semilla
para transformarla en algo nuevo,
para materializar el sueño que contiene su adn,
el proyecto de luz que está escrito en cada una de sus células.


Y desde dentro, desde el principio,
la luz dirige el proceso,
la luz dirige el camino a través de patrones (deseos) invisibles
e imposibles de borrar,
dirige el camino de la semillla,
desde la luz de la posibilidad a la luz de la necesidad,
desde la luz de un sueño a la luz real,
un camino desde la luz a la luz,
que siempre pasa por la oscuridad.
La oscuridad es solo el envoltorio,
la crisálida con la que la luz se proveee a si misma,
para nacer a la luz.
De la primera luz (o deseo divino), rodeada de oscuridad, nacen dos cotiledones,
el primero desciende hacia abajo, para conformar lo que serán las raíces,
que siempre se mantendrán al otro en contacto con la oscuridad, con la tierra, y con el agua.
Es segundo asciende hacia arriba movido por el deseo de ser y alcanzar la luz,
una luz que ya contiene la semilla en forma de sueños.
Si uno de los dos cotiledones falla,
la semilla no podrá realizar su sueño de luz,
el sueño que esta escrito en toda alma: su destino personal.
Su uno de los dos falta, el otro muere.
Mi alma es una semilla aun con dos pequeños cotiledones.
Uno se mueve hacia abajo y otro hacia arriba
Fuera, en la superficie, aun no ha pasado nada,
porque el primer cotiledón aun necesita arraigar,
antes de que el segundo despunte.
Encontrar su lugar en la oscuridad, extenderse y multiplicarse,
y hacer un hogar en lo mas profundo de la tierra.
El primero es la base de todo,
la unión con la oscuridad, la tierra y el agua es la base de todo.
Pero sin el fuego, sin la luz y el deseo del alma, la oscuridad jamás podría salir de sí misma, 
jamas podría por si sola transformar el agua en aire,
y hacer ascencer el alma latente de la semilla
hasta arriba, hasta la luz del sol, que es solo la manifestación externa
de la luz contenida en sus genes.
Hasta el mundo que solo ve las cosas cuando son visibles,
hasta el mundo en el que uno nace para crecer y fructificar.

El propósito de la vida es crecer y dar fruto ( Claudio Naranjo dixit),
pero sin la crisálida de la oscuridad,
la luz jamás la luz alcanza.
Sin su hermana oscuridad,
la hermana luz no puede reunirse consigo misma,
el pasado encontrarse con el futuro,
el circulo de la vida cerrarse una vez mas,
el sueño convertirse en realidad.
La semilla en árbol,
El árbol en fruto,
El fruto en semilla...
Para, de nuevo, volver a empezar.
Una y otra vez,
el ciclo de la vida
que empieza y termina y vuelve empezar.
En solo una semilla,
la creacion entera emergió (y emerge)
de tan solo una semilla.
La luz que se sueña y se alcanza a si misma
gracias a la oscuridad de la crisálida,
gracias a la crisálida de la oscuridad,
en un viaje que empieza y se consuma
a través de la noche oscura,
de la noche oscura del alma.

por  César Bacale